Análisis y discusión de la política educativa
Analysis and
discussion of educational policy
María del Rosario Hernández-Coló[1]
La reseña del
libro Política educativa, actores y pedagogía, alude a la primera edición de la obra, misma que fue publicada
por Plaza y Valdés editores y la Sociedad Mexicana de Educación Comparada en
abril de 2018. Fue coordinada por Carlos Ornelas, Marco Aurelio Navarro y Zaira
Navarrete, contó con la colaboración de profesores e investigadores de Cuba, Colombia,
España, Estados Unidos, México y Perú.
Los temas que se abordan en el
libro son variados, aunque pueden circunscribirse a aquellos resaltados en su
título. El análisis y discusión que se gestan alrededor de ellos, tienen un fin
común, la mejora de la educación. Una proporción de las reflexiones que se
presentan aluden a las acciones prácticas que se realizan en el ámbito educativo, así como
a los resultados que se obtienen bajo la estrategia de la política educativa,
mientras que otras posturas, de corte más teórico, se centran en la comprensión
de los procesos y procedimientos que favorecen la adquisición del aprendizaje.
El libro está organizado en tres
secciones compuestas a su vez, por artículos que reflejan distintos estilos,
objetivos y perspectivas, siendo precisamente esta variedad de ideas en donde
reside la riqueza de la obra. Durante la exposición de las opiniones razonadas
de los autores, se hacen patentes las coincidencias y las posiciones
encontradas, lo que despierta el espíritu crítico del lector.
La primera parte del libro se
titula Política Educativa y está constituida por nueve capítulos, los cuales
abordan asuntos de índole político derivados de la concepción sobre política
educativa, entendida como la estrategia que utiliza la institución o el
gobierno para realizar las acciones constitutivas del proceso educativo. Las
reflexiones abordan contextos educativos del nivel básico y del superior y se
refieren a una vasta gama de temáticas, tales como las posturas ideológicas y
políticas que se tienen sobre la autonomía escolar, el tipo de educación que se
requiere para realmente mejorar la calidad educativa en México y América
Latina, señalando también los retos más inmediatos a resolver, ello con vistas
a transformar esencialmente dos cosas, las instituciones y el capital humano que
de ellas emanan. También refieren a las políticas consideradas en la educación
inclusiva y a los usos otorgados a la producción del conocimiento.
Una aportación muy importante de
este capítulo, es la inquietud constante que los autores manifiestan por el
futuro de la educación. Cuestionan los modelos de gestión vigentes y examinan
minuciosamente cada uno de los elementos
que los constituyen con el fin de brindar una opinión sobre la incidencia que
actualmente tienen en las escuelas, así como lo que puede o no ocurrir, si en
el sistema educativo se planteara la construcción de un modelo en el que
convergieran las acciones de los ciudadanos, políticos y proveedores de
servicios. Idea que apoya, por ejemplo,
Mexicanos Primero, sociedad civil sin fines de lucro creada en el 2005, conformada
por profesores universitarios y líderes empresariales con intereses compartidos
en educación y política pública, para mejorar la calidad de la educación pública en México.
En opinión de los autores,
Mexicanos Primero es una muestra de la transformación en los recursos,
conocimientos y la dinámica de las redes de influencia para generar cambios en la
política educativa, apoyada por empresarios, pero dirigida por ciudadanos. Este
crecimiento en la participación de la sociedad civil en la educación, es uno de los retos educativos que
señala el libro, y enfatiza que la participación social y las buenas prácticas
en materia de equidad y no discriminación, deben ser consideradas como
políticas de gestión universitaria para responder a los impactos de cada universidad
y de la sociedad.
En este mismo orden de ideas, la
obra señala que la calidad de la educación superior puede mejorarse a través
de la evaluación, cuando ésta representa la principal innovación para promover
el cambio institucional y organizacional en el campo de la educación superior.
Esto ocurrirá cuando se revaloren los fundamentos, naturaleza y modalidades evaluativas
y, a partir de ese análisis, se construyan criterios e indicadores que
constituyan un instrumental administrativo que realmente promueva la
transformación de los procesos que conduzcan al mejoramiento de la calidad de
la educación superior. La idea es contar con modelos de evaluación más
integrados en los que se equilibren elementos de orden cuantitativo y cualitativo
para apreciar el fortalecimiento real de las prácticas institucionales y los
niveles reales de calidad.
Hablando de prácticas
institucionales, el texto señala que otra acción que persigue el mejoramiento
de la calidad educativa es la vinculación que debe darse entre las universidades
con la sociedad y la inclusión social. Dicha vinculación implica un cambio de
la estructura y cultura organizacional que necesariamente transforman la vida
cotidiana institucional en todos sus niveles: gestión, academia e
investigación. Lo anterior daría como resultado el desarrollo de nuevas
identidades, nuevas estructuras organizacionales y de una nueva cultura.
Por otro lado, la obra que se
analiza obliga en la recta final de la primera parte, a reflexionar sobre el
uso y difusión que actualmente se le da al conocimiento que se produce en la
Instituciones de Educación Superior. Si bien existen estudios que valoran la
productividad de los académicos y dan a conocer lo que se publica y lo que se
hace, en realidad no se sabe qué provecho tiene para la sociedad eso que se
difunde y que se hace. En ese sentido, los expertos señalan que hace falta avanzar
en el camino de la evaluación sobre los usos que se da al conocimiento que se
genera. En su opinión, los estudios deberían señalar los usos y la movilidad
del conocimiento. Para que el conocimiento sea móvil, éste debe ser útil. Lo
anterior presupone que es necesario que llegue a su contexto de aplicación, es
decir, debe salir del lugar en que se produce y
encontrarse con la problemática que debe resolver. Esta exigencia no obedece a
una ocurrencia de los autores, más bien son la vez de una sociedad que demanda
cada vez más que la ciencia que se genere encuentre su espacio de aplicación.
Si bien es una necesidad urgente, se reconoce que la movilidad del conocimiento,
en su sentido de hacer del conocimiento algo útil, proactivo y aplicado, no
siempre es factible en algunas áreas del conocimiento. Otra razón para repensar
las implicaciones sociales del conocimiento producido por las ciencias sociales
y las humanidades, por ejemplo.
La segunda sección del
texto se llama Los actores: Directivos, docentes, alumnos y padres de familia,
y también se compone por nueve capítulos. De manera general, se exponen las
ideas que los autores han experimentado en sus propios países, respecto al
papel que juegan las instituciones formadoras de docentes, los profesores,
funcionarios, estudiantes y padres de familia en el proceso educativo, por lo
que el lector podrá enriquecerse de experiencias distintas a la mexicana.
Contar con un abanico variado de experiencias y contextos, puede generar
estudios comparativos entre distintos países con la finalidad de lograr identificar
aquellos elementos óptimos que promueven el desarrollo adecuado de las tareas educativas,
así como de esos otros que precisen ser mejorados o incluso descartados. Este
libro incluye análisis actuales sobre esta temática, lo que le suma valor.
Se pueden apreciar
textos que versan sobre la participación de los padres de familia en la
educación de estudiantes del nivel medio básico, tema que se ha estudiado
limitadamente en México hasta el día de hoy. El estudio que se incluye en el
libro presenta una buena oportunidad de actualización al respecto. Asimismo, se
encuentra con estudios que relatan las experiencias de intervención educativa
que se tuvieron con estudiantes de nuevo ingreso a la universidad, las cuales fomentan
la aplicación de técnicas para el equilibrio personal que mejora las
condiciones para el aprendizaje durante sus cursos. Por otro lado, también se
abordan temáticas relacionadas con la necesidad de contar con espacios
genéricos en el bachillerato pues los estudios reflejan que el espacio educativo
es generizado, pero no uniforme, dando como
consecuencia múltiples desigualdades.
El grueso de los textos
aborda la formación docente. Unos desde la perspectiva de formación en sí
misma, otros sobre la evaluación docente y algunos más sobre metodologías de
actualización de profesores en activo. Por ejemplo, se incluye un análisis que
destaca que el número de investigaciones relacionados
con formación en gestión y el impacto que tiene en la función directiva en
México, es muy bajo en comparación con América Latina o España. En opinión de
los autores, las áreas prioritarias en las que se requiere ampliar la
investigación son: los desafíos que
enfrenta la formación y/o capacitación del directivo, el proceso de acceso a la
dirección en México, las competencias directivas y la gestión directiva. Esta
aportación, coincide con las reflexiones de otros autores quienes brindan
elementos teórico-conceptuales sobre las prácticas profesionales de los
directores de educación primaria, así como algunos procesos que se desarrollan
en los centros educativos, incluidos la evaluación docente y la metodología de
actualización de docentes. Concluyen, en concordancia de ideas con otros
expertos, que la función del director debe ser objeto de una creciente atención
pues los hallazgos del estudio señalan algunas actuaciones que no son tan
favorecedoras para el proceso educativo. Por ejemplo, se cuenta con directivos
que se guían exclusivamente por su experiencia o por la forma en que “siempre
han hecho las cosas”, ignorando completamente el modelo de gestión escolar que
los rige.
Por otro lado, se cuenta con un
análisis muy interesante y amplio sobre una tendencia que ha tenido lugar en
los últimos treinta años, que refiere a cómo la formación de maestros de educación
básica se aleja cada vez más de las instituciones especializadas en
la materia, como son las escuelas normales. Lo anterior, debido a las políticas de
modernización, de transición y a la reforma del Pacto por México, el cual se
concreta durante el mandato de Peña
Nieto, así como por el surgimiento de instituciones de educación superior que
han asumido la formación de futuros profesores. Queda preguntarse el impacto
que el debilitamiento de las escuelas normales ya tiene o tendrá en el país.
A las ideas recién planteadas, se
suma otra postura crítica que analiza el panorama internacional y la coyuntura
nacional en que surge la política de formación docente impulsada desde 2013, a
partir de la aplicación de una encuesta dirigida a docentes para conocer la
percepción que tienen de las condiciones académicas de las Escuelas Normales
desde la puesta en marcha del Servicio Profesional Docente y cómo responden sus
instituciones a dicha política educativa para la formación de los egresados.
Los resultados no son halagadores, pues se percibe que la política docente es
una de las acciones más incompletas e incongruentes para el corto y mediano
plazo, y pone en riesgo la calidad educativa y el interés superior de la niñez.
Finalmente, la tercera parte de la
obra, la más robusta, se titula Pedagogía: Temas orientadores en la enseñanza, y
se integra por 13 capítulos. Las ideas críticas que aquí se encuentran,
señalan las debilidades de la pedagogía predominante
en las instituciones sobre las que se concentra el debate, sin embargo, varios
de los textos que conforman esta sección reportan los resultados de
intervenciones pedagógicas que han coadyuvado al mejoramiento de los procesos
de enseñanza y aprendizaje, referencias de gran valor que podrían incluso ser
replicadas en otras instituciones con el fin de conseguir beneficios similares.
No obstante, esta decisión deberá tomarla el lector-actor de esta obra.
La múltiple variedad de prácticas
aplicadas en el aula, hacen de esta sección una lectura imperdible pues ofrece
alternativas de solución a problemas cotidianos que han probado ser eficaces.
Se encuentra, por ejemplo, propuestas para la creación de un Centro Pedagógico
de Formación Ciudadana que promueve la sana convivencia de su comunidad. Dicha
idea se gesta a partir de las problemáticas sociales que impiden que los
ciudadanos realicen sus actividades en ambientes equilibrados, estables y
libres de conflictos. Por otro lado, con una visión más enfocada hacia la
calidad educativa, se cuenta con el análisis comparativo de dos programas de
asignatura de secundaria, cuyo fin es evaluar la estructura de un programa de
aprendizaje por competencias. Los investigadores ponen bajo la lupa las modificaciones
que se han realizado a los programas de las asignaturas, con base en las reformas
educativas de 2006 y 2011, y concluyen que estos no poseen un diseño curricular
por competencias pues no cumplen con los lineamientos teórico
metodológicos del modelo.
Las propuestas de mejora continúan
a lo largo de la sección. Se realizan acciones concretas para formar en valores
morales a estudiantes de las escuelas integrales deportivas, a través del desarrollo
de un modelo de integración educativo axiológico. También se cuenta con una
intervención específica para la construcción de aprendizaje en materia de
derechos humanos que se realizó a nivel bachillerato, utilizando al trabajo
colaborativo como estrategia pedagógica. Asimismo, se exalta la formación del
pensamiento crítico en el aula y se brindan sugerencias específicas de cómo
lograrlo, sustentadas en un marco teórico completo que va más allá del tema central
del escrito. Igualmente, se invita al lector a probar iniciativas educativas
que vinculen las artes y las humanidades productivamente, como lo hace el
proyecto LAVAPERÚ que articula su propuesta pedagógica en la poesía, o con la
invitación a la revolución educativa que otro investigador hace para resignificar
el aula desde el arte. Por otra parte, la obra nos
conduce a transitar la resignificación del aula desde
un punto de vista más filosófico a través de la transcomplejidad,
constructo que nace en el paradigma emergente del pensamiento complejo como
resultado de una reflexión filosófica-epistemológica pertinente sobre la
necesidad de cambio en la educación. La sección concluye con aportaciones
originales relacionadas con el desarrollo de capacidades en adultos mayores a
través del uso de celulares y tablets, y de la
evaluación de la competencia lectora y escrita en tres niveles educativos
diferentes. Asimismo, es posible encontrar una lectura que discute el
desarrollo de un modelo educativo apropiado para la enseñanza de la
Probabilidad y la Estadística, de manera que puedan cubrirse las carencias disciplinares
más profundas que señala el autor.
A modo de conclusión,
el libro Política educativa, actores y pedagogía, constituye una obra de
consulta y referencia que debería ser revisado por aquellos que participan en
la construcción de una educación más integral y que buscan el refinamiento, la
modificación y el reforzamiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje en
instituciones de distintos niveles educativos.
REFERENCIAS
Ornelas, C., Navarro-Leal, M. A., y
Navarrete-Cazales, Z. (Coords.) (2018). Política
educativa, actores y pedagogía. México: Plaza y Valdés Editores / Sociedad
Mexicana de Educación Comparada. 418 pp. (ISBN: 978-
[1]Fecha de recepción: 15 de octubre de 2018/Fecha de aceptación: 31 de octubre de 2018/Autor para correspondencia: letirohecolo@gmail.com/Universidad Nacional Autónoma de México, FES Acatlán en la LEI, en el área de Técnicas y Métodos de Investigación/Dirección: Av. Alcanfores y San Juan Totoltepe s/n, Sta Cruz Acatlan, 53150 Naucalpan de Juárez, México.