Humanidades y Ciencias de la Conducta
Retos
de la educación de adultos en México
Challenges of adult’s education in
Mexico
Magdalena Velasco-Arriaga[1]
RESUMEN
Este
trabajo aborda el tema de la educación para adultos en México, mismo que centra
su atención en los problemas del analfabetismo y rezago educativo, mostrando
datos que permiten tener un panorama de esta situación en general. El trabajo
inicia estableciendo el derecho a la educación, para de ahí enfocar el concepto
de educación de adultos. En la sección siguiente se presentan los retos que
México aún tiene en esta materia, para terminar con el escenario de la mujer
dentro de estos retos, y las dificultades y desafíos de la educación de adultos
para este sector.
Palabras clave: alfabetización
para adultos, analfabetismo, rezago educativo, mujeres analfabetas.
ABSTRACT
This essay approaches the topic of adult´s education in Mexico, focusing
the attention in the problems of illiteracy and educational backwardness, to
cast some data on a panoramic view of this situation. The essay begins stablishing
the right to education and goes on to focus the concept of adult education. In
the following section Mexican challenges on this matter are presented, to end
up with the situation of women in these challenges, as well as difficulties of
adult´s education in the sector.
Keywords: adult literacy, illiteracy, educational backwardness,
illiterate women.
INTRODUCCIÓN
Uno de los derechos humanos esenciales es la educación, el cual
confiere a cada mujer, hombre, joven o niño el privilegio a una educación
básica, libre y obligatoria. El derecho de todas las personas a la educación se
encuentra establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así
como en declaraciones compartidas de la mayoría de los países que forman parte
de la Organización de las Naciones Unidas.
En México este derecho está asentado en el Artículo tercero
constitucional que determina que toda persona tiene derecho a recibir educación,
y el Estado tiene la responsabilidad de ofrecer gratuitamente a todos los
mexicanos la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), y media
superior, niveles que serán obliga-torios y laicos. De forma similar también en
la Ley General de Educación está decretado que todos los mexicanos deben cursar
la educación básica y media superior.
Pese a este derecho estipulado por la constitución, y las
acciones de organismos nacionales destinadas a la educación de adultos, aún persiste
un porcentaje de la población que no ha accedido mínimamente a la educación
básica. Aunque han existido adelantos para aumentar el acceso de la población a
la educación básica buscando cubrirla totalmente, aún existe una cantidad de
personas mayores de 15 años que no han iniciado o concluido sus estudios de nivel
básico. Entre este conjunto de personas, de acuerdo con las cifras emanadas de
encuestas oficiales, las mujeres representan la población más numerosa en
condiciones de analfabetismo y rezago educativo, lo que sugiere que las
oportunidades de acceso a la educación básica para mujeres y hombres son
desiguales.
El presente escrito tiene como objetivo examinar y reflexionar
sobre el tema de la educación para adultos en México, mismo que centra su
atención e identifica algunos de los factores que han llevado al poco avance en
la erradicación del analfabetismo y rezago educativo en el país, mostrando
datos que permiten tener un panorama de esta situación en general, así como de
la situación del hombre y la mujer dentro de estos eventos, y las dificultades
y desafíos de la educación de adultos para este sector.
En un primer momento se describe cómo se entiende a la educación
de adultos dentro de este texto. Posteriormente se expone información sobre el
analfabetismo y rezago educativo, presentando datos estadísticos que
proporcionan un panorama nacional general sobre estos hechos. En el siguiente
apartado se narra sobre la educación de adultos en México, su instauración a
partir de la creación del Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA) y
su modelo educativo para adultos y jóvenes. Se examina también la situación de
la mujer comparativamente con los hombres con respecto al analfabetismo y
rezago educativo, para enseguida plantear algunas dificultades y desafíos que
enfrenta la educación para adultos en la erradicación de esta falta de
escolarización y rezago en el nivel básico. Finalmente se presentan algunas
conclusiones sobre el tema.
¿Qué es la Educación para Adultos?
Una de las posturas que mayormente ha influido en el concepto de
la educación para adultos (ahora denominada educación para jóvenes y adultos:
EPJA) es la aportada por la UNESCO, que la define como:
la totalidad de los procesos organizados de educación, sea cual
sea el contenido, el nivel o el método, sean formales o no formales, ya sea que
prolonguen o reemplacen la educación inicial dispensada en las escuelas y universidades,
y en forma de aprendizaje profesional, gracias a las cuales las personas
consideradas como adultos por la sociedad a la que pertenecen, desarrollan sus
aptitudes, enriquecen sus conocimientos, mejoran sus competencias técnicas o profesionales
o les dan una nueva orientación, y hacen evolucionar sus actitudes o s
comportamiento en la doble perspectiva de un enriquecimiento integral del
hombre y una participación en un desarrollo socioeconómico y cul tural equilibrado e independiente
(Martinez de Morentin,
2006, p. 9).
En este concepto, la educación de adultos equivale a toda educación.
Por tanto, la educación de adultos viene a ser un subconjunto de la educación.
Por otro lado, en esta concepción se infiere que la educación para adultos va
más allá de la simple idea de solamente enseñar a leer, escribir y resolver
problemas aritméticos, es decir, que el instrumento básico de esta educación
(la alfabetización) es con el propósito de que las personas tengan mayor
posibilidad de mejorar sus condiciones de vida como señala Narro-Robles y
Moctezuma-Navarro (2012, p.7):
La alfabetización no es un fin en sí mismo; […] por lo tanto, no
debe ser vista única y exclusivamente como un camino para adquirir las
competencias elementales de saber leer y escribir.
La alfabetización debe servir, sobre todo, para que las personas
participen de mejor manera, en condiciones de igualdad, en el mundo social;
para contribuir a evitar la marginación y la exclusión; para que no existan
estigmas que impidan a las personas conocer mundos distintos a los que habitan,
plenos de nuevos significados, información y culturas diferentes y
enriquecedoras.
La alfabetización constituye un derecho humano fundamental que
conduce al logro de otros derechos, ya que esto supone una serie de recursos
cognitivos que elevan el nivel de conciencia de la persona, impulsándola a
hacer uso de otros derechos fundamentales que sabe le corresponden como ser
humano. Al respecto Latapí (Schmelkes,
2010) plantea que la educación aumenta el desarrollo de la persona, por lo que
es un derecho clave para disfrutar de todos ellos, ya que no es posible ejercer
ninguno de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales
sin un mínimo de educación.
Otra concepción sobre la educación para adultos planteada por
otros autores se limita a la simple enseñanza de la lectoescritura dirigida
exclusivamente a la población mayor de 15 años, que por alguna razón no fueron
inscritos en la educación formal en la edad temprana, y que por lo tanto se les
convoca a iniciar o continuar sus estudios de educación básica para incrementar
sus posibilidades de desarrollo y promover su incursión al sistema productivo
nacional, con lo que se espera podrán tener mayores posibilidades de
crecimiento personal y acceso a una mejor calidad de vida.
Para fines de este trabajo la educación para adultos se entenderá
como aquella que se dirige a las personas que no tuvieron la oportunidad de
concluir sus estudios de educación básica o que en su momento no pudieron
acceder a ésta, dentro de la edad que norma el artículo tercero de la
Constitución Política Mexicana. En este contexto la educación de adultos supone
acciones de alfabetización dirigidas a este sector de la población.
El analfabetismo y rezago educativo en México, un asunto
inconcluso de la Educación para adultos El programa sectorial de educación 2013-2018
no toca el tema del analfabetismo, sin embargo, este punto si está contemplado
es el Plan de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo del Plan
Nacional de Desarrollo 2013-2018.
El analfabetismo es una de las manifestaciones de la exclusión
social más severas, en tanto que la carencia de competencias elementales de
lectoescritura y cálculo, así como ciertos conocimientos teóricos prácticos
básicos, son un obstáculo para cubrir necesidades esenciales de las personas
de: trabajo; vivienda; una buena alimentación; acceso a la salud; participación
social y desarrollo de sus capacidades a lo largo de su vida. No saber leer ni
escribir, es una condición que limita e impide integrarse plenamente a la
sociedad y el logro de mejores condiciones de vida. Esto no significa que leer
y escribir sean elementos suficientes para conseguir que las personas obtengan su pleno desarrollo e integración social. Se
necesita de otras habilidades que la educación básica promueve, lo que exige un
tiempo de formación de doce años, durante los cuales Velasco-Arriaga (2019).
Educación para adultos se adquieren habilidades de lenguaje, comunicación, aritméticas,
valores, comprensión del mundo natural y social, que le permitan al individuo integrarse,
desenvolverse y desarrollarse en las diferentes esferas y etapas de su vida
personal y social. Entre más bajo sea el nivel de estudios de una persona, tiene
menos herramientas para competir en el mundo laboral y obtener un trabajo que
le proporcione un ingreso bien remunerado, y por tanto un mejor nivel de vida.
En este orden de ideas el rezago educativo, constituye un obstáculo para que el
individuo se inserte al desarrollo y proceso productivo, ya que se encuentra limitado
para acceder a una remuneración adecuada por considerarse inhabilitado de
ofrecer una mano de obra calificada, lo que imposibilita su contribución al
crecimiento económico del país. En relación a esto, Marúm-Espinosa
y Reynoso-Cantú, (2014) mencionan que el rezago educativo es visto como un
impedimento muy serio para el desarrollo humano sustentable de cualquier nación
y por ende debe considerarse como una prioridad para l políticas y acciones
gubernamentales y sociales.
Históricamente se ha buscado erradicar el analfabetismo en el
mundo a través de diversas estrategias, considerando las diferencias y
necesidades de cada población que sufre esta situación.
Por ejemplo, Ramírez y Víctor-Ramírez, señalan que en Inglaterra
en el siglo XVIII se inició la instrucción y apoyo a la población para aprender
un oficio y con ello promover su superación personal. También plantean, que
Francia instituyó en el siglo XIX las clases para los adultos y creó años más tarde
una Asociación Politécnica de Instrucción Popular, así como cursos para adultos
en las Alcaldías de París, que continuó en el siglo XX, llevando a los adultos
la educación necesaria para su incursión y formación laboral (Ramírez y
Víctor-Ramírez, 2010).
No obstante, todas las iniciativas e implementación de políticas
públicas llevadas a cabo por diversos países en el paso del tiempo, no han
podido erradicar el analfabetismo. Robles-Bárcena, M., Celis-Barragán, M.,
Navarrete-Garcia, C., Rossi,
L., Gilardi-González, M.,y Barragán-Pérez, B. (2012) señalan que de acuerdo con
datos del 2010 de la UNESCO, la población analfabeta ascendía a 793 millones,
ubicándose el índice más alto en África y Asia, de los cuales 36 millones se
encontraban en América Latina y el Caribe. Por otro lado, ellos manifiestan que
el analfabetismo es la máxima carencia educativa y está asociado a la persistente
incapacidad de incorporar a la población al sistema de instrucción formal. Por
tanto, siendo el analfabetismo entre otros, un grave problema social que
aqueja al mundo y, a nuestro país, es trascendental abatir esta insuficiencia
de educación básica, el cual tiene un origen multifactorial. Entre estos
factores se encuentran el crecimiento demográfico; la pobreza y marginación;
la migración; tradiciones culturales; la diversidad etnolingüística, entre
otros. Esta carencia educativa impide la incorporación de la población al
sistema productivo, y por ende el crecimiento económico y desarrollo social. El
analfabetismo está asociado a la extrema pobreza y la marginación, por lo que
la población analfabeta se concentra en los países y regiones periféricas.
Datos del
Censo de Población y Vivienda de 1970 muestran que una de cada cuatro personas
no sabía leer ni escribir, en contraste, en el 2015 de acuerdo a la encuesta intercensal sólo una de cada veinte se le consideraba
analfabeta, lo que nos indica que ha habido un avance en materia de rezago
educativo, sin embargo, es importante seguir trabajando para combatir este
rezago en su totalidad. (Guadarrama y Sánchez, 2018).
Conforme a
cifras de la Encuesta Intercensal del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) realizada en el 2015, el número
de personas que no habían podido ejercer su derecho a la educación ascendía a 4
749 057, cantidad que representaba el 5.5 % de la población total del país, sin
contar la cantidad y proporción de la población que no pudo concluir su
educación básica. Lo cual es confirmado por la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos (CNDH) en su comunicado de prensa del 8 de septiembre del
2017, que informó que de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) correspondientes al mismo año, el analfabetismo
estaba presente en el 5.5 % de la población mayor de 15 años (6.1 % mujeres y
3.8 % hombres), lo cual se reflejaba en poco más de 4.7 millones de personas.
(CNDH, 2017). Cabe mencionar, que cuando se habla de analfabetismo, se hace
referencia a las personas que siendo mayores de 15 años no han ejercido su
derecho de acceso a la educación básica para aprender a leer y escribir;
mientras que cuando se usa la expresión rezago educativo, ésta se circunscribe
a aquellas personas mayores de 15 años que interrumpieron sus estudios de
educación básica y no tienen estos niveles completos, condición que los sitúa
dentro de un alfabetismo a medias, pues el leer y escribir no le será
suficiente para resolver de una forma apropiada las tareas que la vida
cotidiana le demanda. Si se suma el grupo de individuos que no han concluido su
instrucción básica o que no han ejercido su derecho de acceso a la educación
básica, el número de personas potencialmente en demanda de alfabetización es
mayor. De acuerdo con el INEE en el 2015 el registro de personas mayores de 15
años sin primaria terminada fue de 9 468 441, en tanto que el número de
personas sin secundaria concluida fue de 16 113 744.
Por tanto,
la población total en esta situación de carencia de estudios básicos y que
necesita de una educación para adultos, asciende a 30 331 242 millones.
Haciendo un comparativo de las cifras de la población sin estudios básicos de
1895 con las actuales se advierte que la cantidad de población con
características similares no ha variado mucho. Quince años antes del inicio de
la Revolución Mexicana, el gobierno registraba un déficit de 6 millones de
personas sin instrucción básica, y después de un poco más de un siglo, la
cantidad que el censo de 2010 de INEGI aporta es de 5.4 millones de personas
dentro de esta situación, y aunque el número de habitantes de 1895 (12.6
millones) era menor a los existentes en el 2010 (112.3 millones), no se puede
negar que pese a estas proporciones, en más de cien años los gobiernos de los
distintos periodos sexenales del país solo han podido reducir esta cantidad a
un número aproximado de 600 mil individuos (Narro-Robles y Moctezuma-Navarro,
2012). El analfabetismo y el rezago son una muestra del retraso en cuanto a
desarrollo social en México que después de un siglo necesita resolverse con
mayor prontitud. Pero además es una evidencia de la omisión del artículo
tercero constitucional donde se plasma que es un derecho de los ciudadanos
recibir educación y que el estado está obligado a impartirla en los niveles
preescolar, primaria, secundaria y media superior (Camara
de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2017). En este contexto, la educación
de adultos sigue teniendo una deuda pendiente con esta población que se
encuentra socialmente en desventaja y que representa un desafío muy grande.
La
educación para adultos en México Coronel y Ávila (2014) mencionan que los
programas de educación para adultos en México constituyen desde la década de
los cuarenta, una prestación pública obligatoria de la Secretaría de Educación
Pública. En 1975 una de las políticas públicas que el Gobierno del país llevó a
cabo fue la legislación de la educación para adultos, a fin de dar atención a la
población que se veía necesitada de apoyo. En este rubro, se creó por decreto
presidencial el 31 de agosto de 1981 el Instituto Nacional para la Educación de
los Adultos (INEA) (Hernández-Bringas, Flores-Arenales, Santoyo-Sánchez, y
Millán-Benítez, 2012). En 1997 en el marco de la V Conferencia Mundial de
Educación de Adultos (CONFITEA V), se establece un nuevo paradigma de
aprendizaje que postula que éste ocurre a lo largo de la vida, rompiendo con la
visión anterior en la que se limitaba un tiempo y un lugar para aprender.
Este modelo
influye en el cambio del concepto y nombre ‘Educación para Adultos’ como
tradicionalmente se le denominaba, designándose ahora como ‘Educación de
Personas Jóvenes y Adultas’ (EPJA) (Schmelkes, 2010).
La instancia encargada de la educación para jóvenes y adultos en el país, es el INEA, el cual es un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio. Representa la institución federal de mayor relevancia en el país, dedicada a la educación básica de jóvenes y adultos. Aunque además de esta instancia, también hay otras instituciones públicas que se dedican a la educación básica, sin embargo, con un menor impacto, como son los Centros de Educación Básica para Adultos (CEBA), primarias nocturnas, Centros de Educación Extraescolar (Cedex), secundarias para trabajadores, secundarias a distancia y misiones culturales
(Campero, 2009).
El INEA tiene como propósito proveer atención a personas mayores de 15 años que no han tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir; estudiar la primaria, secundaria, o incluso la preparatoria. El instituto busca con estas acciones insertar este grupo de individuos a la vida productiva y al crecimiento social, otorgándoles la posibilidad de obtener un empleo mejor remunerado y por lo tanto una mejor calidad de vida (Marúm-Espinosa y Reynoso-Cantú, 2014).
A fin de realizar una mejor alfabetización el INEA, se apoya en un modelo de educación básica para jóvenes y adultos, para la vida y el trabajo (MEVyT), que se introdujo en el año 2000, mismo que tiene como objetivo principal proporcionar a las personas jóvenes y adultas, opciones de educación relacionadas con sus necesidades e intereses y con lo que pueden acreditar y obtener su certificado de primaria y secundaria.
El MEVyT tiene como propósito que los individuos a partir de sus experiencias e intereses logren desarrollarse y tener mayor conciencia y una visión clara del mundo para enfrentar y solucionar los problemas que la vida cotidiana les exigen, todo esto de acuerdo al espacio en que se mueven, de tal forma que puedan elevar su calidad de vida e influir en la transformación de su medio, con base en el respeto y con responsabilidad.
El MEVyT contribuye a que las personas jóvenes y adultas puedan desarrollar competencias y habilidades básicas; fortalecer sus valores como mexicanos y abordar conocimientos que le son de interés para resolver sus problemas cotidianos... es una propuesta […] centrada en el desarrollo de cuatro competencias generales: comunicación, solución de problemas, razonamiento y participación, además promueve la toma de conciencia sobre actitudes y valores, en relación a los derechos humanos, la igualdad entre las personas y la visión de futuro, el sentido de identidad y pertinencia, entre otras (Ramírez y Victor-Ramírez, 2010, p. 70-73).
Pese a los propósitos del INEA por conseguir erradicar la cantidad de población sin escolaridad y estudios básicos inconclusos, los avances han sido pocos. El analfabetismo y rezago educativo son consecuencia de factores de tipo estructural y con un largo historial. En este sentido la educación para adultos, aunque si aporta al individuo habilidades para un mejor desenvolvimiento y mejora personal y social, ya no se concibe como instrumento clave para lograr el desarrollo de un país, porque lograr la alfabetización no es condición para que se generen empleos o cambien las desigualdades que hay entre el campo y la ciudad (Ramírez Liberio y otros, 2010).
Una mirada abreviada sobre la situación de la Mujer, en relación con el analfabetismo y rezago educativo en México.
Uno de los derechos esenciales del ser humano reconocido desde 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas es el de la educación, organismo que ha aceptado, que el analfabetismo es uno de los más serios obstáculos para el desarrollo individual y social.
Una de las metas planteadas en el Plan
Nacional de Desarrollo 2013-2018 del país es lograr una Educación de Calidad que garantice un desarrollo
integral de todos los mexicanos, lo que muestra implícitamente la preocupación
del gobierno de abatir sin excepción el analfabetismo y rezago y explícitamente incrementar la calidad de la
educación para tener un capital humano preparado y competente (Gobierno de la República,
2013).
Al respecto
el gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, señala:
Para
garantizar la inclusión y la equidad en el Sistema Educativo se plantea ampliar
las oportunidades de acceso a la educación, permanencia y avance en los estudios
a todas las regiones y sectores de la población…
La
igualdad sustantiva entre mujeres y hombres deberá verse reflejada en la
educación, la cultura, el deporte, y en las especialidades técnicas y
científicas. Por un lado, se fomentará la inclusión integral de las mujeres en
todos los niveles de educación, dando especial seguimiento a sus tasas de
matriculación para asegurar que no existan trabas para su desarrollo integral.
Asimismo, se propiciará que la igualdad
de género permee en los planes de
estudio de todos los niveles de educación, para resaltar su relevancia desde
una temprana edad (Gobierno de la República, 2013).
El gobierno
también manifiesta su interés por abatir el analfabetismo y rezago educativo en
el objetivo 3 del Plan Sectorial de Educación 2013-2018 que declara: Asegurar
mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos los grupos de la
población para la construcción de una sociedad más justa, a través de la estrategia 3.7 que busca
aumentar y diversificar los programas de educación para adultos, así como
abatir el rezago educativo, mediante varias líneas de acción entre las cuales
destaca la 3.7.2. que busca garantizar que las
personas adultas que lo requieran tengan la oportunidad de alfabetizarse o concluir
la educación primaria, secundaria o del tipo medio superior (Secretaría
de Educación Pública, 2013, p. 54-58).
Este
trabajo cobra sentido en el marco de estos planteamientos, considerando que las
mujeres respecto a la educación, constituyen un grupo vulnerable que requiere
la inclusión en la educación básica a fin de lograr la erradicación del
analfabetismo y rezago de toda persona, sin importar su género, creencias,
preferencias, etnia, o religión para la construcción de una sociedad más justa.
Es indudable
que la mujer ha ido poco a poco abriéndose paso en el ámbito educativo y profesional,
obteniendo un lugar importante en algunas áreas como la científica y hasta la
política, sin embargo, en algunas zonas del país, especialmente en áreas
geográficas marginadas de alto grado de pobreza, localidades pequeñas y localidades
étnicas, aun cuando la educación es un derecho universal inalienable que se
encuentra legislado, las oportunidades de acceso educativo para ellas no han
tenido el impacto esperado pues culturalmente se le ha dado prioridad al varón
de acceder a la educación básica, por considerarse que la mujer solo debe
aprender a cuidar de una casa y de su familia, lo que merma las posibilidades
de que se le impulse a tener una preparación profesional. La persistencia de
estas actitudes tradicionales influye en las decisiones de los padres quienes pueden
decidir a favor o en contra del ingreso de sus hijas e hijos a la escuela. La
UNESCO por ejemplo ex- pone, que los obstáculos que afrontan las mujeres para
acceder a la alfabetización son:
·
Actitudes
hostiles de la familia o la comunidad;
·
Tradiciones
locales y costumbres ancestrales acerca de su papel en la sociedad;
·
Falta
de tiempo por sus responsabilidades familiares y domésticas;
·
Frecuentes
embarazos;
·
Irrelevancia
de los Programas de Alfabetización y Educación de Adultos, y
·
Falta
de facilidades para el cuidado de los niños (Zuñiga
1994, p. 106).
Las
desigualdades de género en las diferentes esferas y particularmente la
educativa que es la que se analiza en este trabajo, no solo le interesa a
México. También otras instancias han mostrado su preocupación llevando a cabo
propuestas orientadas a enfrentar estas diferencias. La ONU por ejemplo ha
diseñado macroproyectos como el llamado Proyecto del
Milenio, dentro del que se estableció como meta eliminar por lo menos las
desigualdades entre hombres y mujeres, en los niveles de primaria y secundaria
para el 2005, y en todos los niveles educativos antes de que terminara el 2015.
De igual forma, las líneas de acción emanadas de ONU Mujeres de la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer en cuanto educación y capacitación,
establecieron entre sus objetivos estratégicos: Garantizar la igualdad de
acceso a la educación; erradicar el analfabetismo entre las mujeres;
incrementar el acceso de las mujeres al nivel profesional, la ciencia y la
tecnología, y la educación permanente; instituir sistemas de educación y
capacitación no discriminatorios, entre otros objetivos más (INEGI, 2013).
Los siguientes indicadores permiten tener un panorama de la
situación de la mujer comparativamente con el hombre. Estos datos muestran las
diferencias existentes en cuanto a igualdad de acceso a la educación básica y
la permanencia en ésta, en ambos géneros. Datos registrados por el libro
‘Mujeres y Hombres en México 2012’, muestran a nivel nacional que la población
mayor de 15 años presenta tasas de analfabetismo que son superiores en las
mujeres (7.1 %) en tanto que para hombres la tasa es menor (4.9 %), lo que
evidencia que las desigualdades en la educación aún siguen vigentes. (INEGI,
2013)
Desde una perspectiva generacional el analfabetismo se
incrementa en los grupos de mayor edad. En las generaciones más jóvenes los porcentajes
en ambos géneros son menores y las diferencias en éstos son mínimas, en tanto
que en las generaciones de adultos mayores es más grande el porcentaje que no
tiene acceso a la alfabetización y la desigualdad por sexo aumenta
significativamente.
En los grupos de adultos cuyas edades están en los rangos
entre 30 a 44 y 45 a 59 hay más proporción de mujeres que varones que no saben
leer ni escribir y queda al margen del derecho de acceso a la educación.
En localidades pequeñas y dispersas que tienen un número de
habitantes menor a 2 500, el porcentaje de analfabetismo se agrava en las
mujeres (16.2 %) comparativamente con los hombres (11.6 %). En cuanto a rezago
educativo el 5.9 % de hombres y 7.9 % de mujeres de 15 años y más, no han
logrado concluir o acceder al menos a un grado en el sistema educativo.
Al analizar los porcentajes por grupos de edad, se aprecia
que en la población de adultos (mayores de 60 años) es donde más se acentúa la
desigualdad por género respecto al acceso y permanencia en la educación básica,
siendo las mujeres las que están en más desventaja. En contraste con las
generaciones de personas de 30 a 59 años y de 15 a 29 años, en las que estas
diferencias son menos pronunciadas. (INEGI, 2013) Como puede observarse, estos
datos evidencian una desigualdad mayor en las mujeres respecto al acceso a la
educación básica y su permanencia en ésta, lo que continúa siendo un asunto
pendiente en la agenda de la política educativa del país.
Avances
y desafíos de la Educación para Adultos en México.
Después de hacer un análisis del
resultado de las acciones del gobierno del país, para mitigar el problema del
analfabetismo y deserción del nivel de educación básica que aqueja a la
población especialmente a las mujeres de zonas marginadas y con escasos
recursos, surgen las siguientes interrogantes: ¿Cuáles han sido los avances
obtenidos con las acciones llevadas a cabo por el INEA desde su creación, para
impulsar el acceso y permanencia de las mujeres en la educación básica? ¿Cuáles
han sido los obstáculos que han impedido lograr el total abatimiento del
analfabetismo y rezago educativo en México y específicamente en las mujeres?
¿Qué hace falta para que esta política educativa encaminada a combatir y a
abatir el analfabetismo y el rezago se cristalice? Si bien es cierto que la política de legislar la
educación para jóvenes y adultos, así como crear un organismo específico para
este propósito (el INEA), constituye un avance en este ámbito de la educación,
el centralizar este trabajo exclusivamente en una institución, ha frenado la
incorporación de otras modalidades educativas más acordes a los requerimientos y condiciones de
los sujetos que necesitan de este servicio.
El Modelo de educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT) en el que se apoya la educación de adultos, aunque
ha sido reconocido por el subsistema como una aportación de México para el
mundo, ha sido insuficiente para lograr la permanencia de los educandos en los
programas, quienes ingresan, pero desertan y dejan inconclusos sus estudios
(Valdés-Cotera, 2012).
Uno de los factores que también ha influido negativamente es
la falta de continuidad en el apoyo presupuestario en la educación para adultos
en los distintos gobiernos en turno, en este sentido se hace necesario una
política de estado y no de gobiernos.
Esto evidencia la poca valoración de quienes están en el poder hacia este sector de la educación (Campero Cuenca & Zuñiga Acevedo, 2017).
Otro aspecto que merece tomarse en cuenta es la necesidad de
contar con personal calificado que posibilite proporcionar un servicio con
mayor efectividad y mejores resultados, en función de las características y
requerimientos de la población que atenderán.
La política de educación de adultos ha quedado en un segundo
plano, como resultado de factores económicos, sociales y políticos lo que ha
traído como consecuencia una atención insuficiente de la población en
condiciones de analfabetismo y rezago educativo. (Carrillo-Montoya, Audelo-López, Escobar-Chávez, y Urrea-Zazueta, s/f ). Es necesario trascender la visión de una educación
para adultos remedial y compensatoria, a la que se le preste la misma
importancia que se le otorga a la educación básica escolarizada. Tomando en
cuenta las estadísticas de hombres y mujeres que se encuentran en el rubro de
analfabetismo y rezago educativo, es imprescindible que se implementen
políticas públicas encaminadas a promover el ingreso equitativo, que contemplen
que las mujeres y las personas que se ubican en zonas de alta marginalidad y
pobreza requieren de los mismos derechos y posibilidades de acceder a la
educación formal.
Por otro lado, la alfabetización y rezago educativo,
requiere ir más allá de promover solamente la lectoescritura y matemáticas
básicas, sino también buscar el desarrollo de otras competencias que permitan
a los estudiantes insertarse y participar en la sociedad, así como mejorar en
los diferentes ámbitos de su vida personal y social, elevando así su nivel de
vida.
CONCLUSIONES
Si bien es cierto que la educación para adultos en México es
un elemento trascendental en el país, también es cierto que la falta de una
política de estado no ha hecho posible la valorización de ésta, lo que se ha
reflejado en un insuficiente financiamiento por parte de los distintos
gobiernos en turno. Sigue prevaleciendo
la necesidad de una alfabetización que erradique el analfabetismo y el rezago que sigue existiendo. Pero además
se necesita ir más allá de una educación que contemple solo la lectoescritura
y las matemáticas básicas. Y que tome en cuenta las distintas necesidades de
los usuarios de este servicio, dada sus condiciones de pobreza, marginalidad y
ubicación geográfica, condiciones étnicas. Se requiere diversidad, pues toda
esta gente que está analfabeta está distribuida en todo el país.
Se requiere impulsar la formación o la profesionalización y
bien remunerado de los capacitadores que tienen bajo su responsabilidad la
educación de los jóvenes y adultos que están en condiciones de rezago y
analfabetismo.
Articular los esfuerzos de los
presentes actores. El INEA es una institución y tiene personal, pero hay otras
instancias que se dedican a la educación para adultos.
REFERENCIAS
Cámara de
Diputados del H. Congreso de la Unión. (2017). Constitución Política de los
Estados Unidos
Mexicanos. Obtenido de
Artículo 3° Constitucional. Recuperado de https://www.juridicas.unam.mx/
legislacion/ordenamiento/constitucion-politica-de-los-estados-unidos-mexicanos#10538
Campero-Cuenca,
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[1]Fecha
de recepción: 05 de noviembre de 2018/Fecha
de aceptación: 10 de enero de 2019/Autor
para correspondencia:
mvelasco@docentes.uat.edu.mx/
Universidad Autónoma de Tamaulipas. Unidad
Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades/ Dirección: Centro Universitario Victoria
“Lic. Adolfo López Mateos”, 87120 Cd Victoria, Tamps.