Educaci—n y movilidad social en un grupo de jubilados de la Comisi—n Federal de Electricidad

Education and social mobility in a group of retirees of the Federal Commission of Electricity

Marco Aurelio Navarro-Leal*, Gerardo Cavazos-Cano

*Autor para correspondencia: mnavarro@uat.edu.mx/Direcci—n: Universidad Aut—noma de Tamaulipas, Edifico Centro de Excelencia. Centro Universitario Victoria, ÒLic. Adolfo L—pez Mateos C.P. 87149, Ciudad Victoria Tamps.

 

 

RESUMEN

Esta investigaci—n tuvo por objetivo buscar evidencias de relaci—n entre educaci—n y movilidad social ascendente en la Comisi—n Federal de Electricidad. Los sujetos en estudio fueron un grupo de 83 jubilados de esta empresa que residen en el ‡rea metropolitana de Tampico-Madero-Altamira. DespuŽs de un repaso sobre las teor’as que enfocan este tema, se dise–— un mŽtodo ex post facto, transversal, en el que mediante cuestionario se les pide informaci—n sobre dos momentos de su vida laboral en esta empresa. El an‡lisis permiti— encontrar evidencias de movilidad laboral intra-generacional, pero no intergeneracional. Sobre estos resultados, no se encontraron diferencias entre la movilidad obtenida entre hombres y mujeres. La separaci—n entre un tabulador administrado por la empresa y otro administrado por el sindicato, permite observar que esta intermediaci—n impone l’mites a la movilidad laboral de los empleados, aspecto que permite abrir la discusi—n sobre los l’mites de supuestos que interpretan a la teor’a del Capital Humano sin considerar variables ajenas a la escolaridad de los individuos. Palabras clave: Educaci—n y movilidad social, Teor’a del Capital Humano, Educaci—n y mercado de trabajo.

 

ABSTRACT

This research had as an objective to look for evidence on the relations between education and ascendant social mobility in the Federal Commission of Electricity. The subjects of the study were a group of 83 retirees of this company who live in the metropolitan area of Tampico-Madero-Altamira. After a review of the theories that focus this theme, a cross, ex post facto method was designed, to ask them for information about two moments of their working life in the company. The analysis allowed for finding evidence about intra-generational labor mobility, but not for inter-generational mobility. On these results there were no differences on social mobility between men and women. The separation of job positions administered by the company and job positions administered by the union, allowed to observe that this intermediation imposes limits to social mobility of employees, which is an aspect that brings discussion on the limits of interpretations of Human Capital theory that do not take into account external variables to the education of individuals. Keywords: Education and social mobility, Theory of Human Capital, Education and Labor Market.

 

INTRODUCCIîN

Para los pa’ses, invertir en educaci—n supone una mayor productividad de su planta productiva, as’ como un mejoramiento en el bienestar de las personas (Carnoy, et al., 1985); invertir en la educaci—n de los hijos supone una esperanzas sobre la mejora en sus ingresos y una promesa de mejora social. Sin embargo, a menudo estas esperanzas topan en la realidad por las complejas relaciones entre los niveles de escolaridad y las fuentes disponibles de empleo. Esta complejidad no aplica solamente para debatir con exactitud de quŽ manera el incrementar oportunidades de estudio puede traducirse en mejores ingresos y por consiguiente en mejores niveles de vida de las familias. Si bien en Žpocas de expansi—n de la educaci—n superior y de los mercados de trabajo, se hizo notoria una cierta movilidad de los estratos sociales bajos hacia los estratos medios, en la actualidad para algunos estratos sociales las oportunidades de movilidad son m‡s reducidas (Mu–oz, 2018). Sin embargo, la relaci—n que existe entre educaci—n y oportunidades de bienestar, de acuerdo a Marshall, Swift y Roberts (1997), comprende tres elementos importantes, el primero es c—mo se distribuyen los logros educativos entre individuos que provienen de distintos entornos socioecon—micos; el segundo refiere en quŽ medida estos logros educativos tienen relaci—n con el ascenso en la estructura laboral y; tercero, hasta quŽ punto el origen socioecon—mico afecta o condiciona los logros en tŽrminos laborales.

 

El presente trabajo tiene por objetivo estudiar la relaci—n entre los logros educativos y la movilidad social en una entidad paraestatal como la Comisi—n Federal de Electricidad (CFE); espec’ficamente en el caso de los jubilados de esta empresa que actualmente residen en el ‡rea de Tampico, Madero y Altamira, Tamaulipas. De manera general, la pregunta de investigaci—n en este estudio es: ÀQuŽ tanto incide la educaci—n en la movilidad social en la CFE?

 

DEFINICIîN DEL PROBLEMA

Existen distintos tipos de movilidad social y en todos ellos, el factor de la educaci—n tiene un peso relativo para escalar la estructura social y laboral, derivado de lo anterior es fundamental determinar que tanto tiene que ver este factor para la mejora en su estatus social dentro de CFE. En este trabajo se explorar‡ la relaci—n entre la educaci—n y la movilidad laboral y social en esta empresa.

 

La CFE cuenta con un sindicato de trabajadores bien posicionado a nivel nacional, el Sindicato ònico de Trabajadores Electricistas de la Repœblica Mexicana (SUTERM) que influye en las decisiones laborales de la empresa, situaci—n que la vuelve particular en el contexto nacional porque los puestos de trabajo operativos son cubiertos por personal que propone el sindicato, solo que estos lugares de trabajo tienen un tope en la estructura laboral de la empresa en virtud de que los puestos superiores de ese escalaf—n se encuentran reservados para personal de confianza de la empresa y estos son cubiertos por personal que propone el personal directivo de la organizaci—n, dando por resultado que para que la movilidad laboral del personal sindicalizado fluya hacia los puestos superiores, como normalmente debe de suceder, el trabajador debe abandonar su plaza sindical y pasar a ser trabajador de confianza, con los consiguientes cambios laborales que ello conlleva y que m‡s adelante se detallan.

 

La situaci—n se hace m‡s compleja al hablar de sexos, ya que tradicionalmente en MŽxico, las mujeres tienen desventajas en relaci—n con los hombres (Navarro, Llad—, & S‡nchez, 2009) y en el caso CFE se revisar‡ quŽ tanto influye esta variable en el tema de la movilidad social. El interŽs especial por explorar la relaci—n entre la escolaridad y la movilidad social reside en que no se trata de un mercado de trabajo que funcione con las supuestas reglas de la oferta y la demanda, sino que se trata de un mercado de trabajo intervenido por el SUTERM, creando una situaci—n en ocasiones no considerada por los supuestos que gu’an las decisiones sobre invertir en educaci—n.

 

De manera espec’fica, las preguntas de investigaci—n en este estudio fueron: P1 ÀExiste relaci—n entre educaci—n y movilidad social en los trabajadores jubilados de CFE?, P2 ÀQuŽ relaci—n existe entre la escolaridad de los padres y la escolaridad de los hijos? P3 ÀQuŽ relaci—n existe entre la movilidad social de los padres y la movilidad social de los hijos? y tres preguntas secundarias que son semejantes a las primarias, solo que se refieren a las diferencias entre hombres y mujeres: P4 ÀExiste relaci—n entre educaci—n y movilidad social en los trabajadores jubilados de CFE, tanto en hombres como en mujeres? P5 ÀQuŽ relaci—n existe entre la escolaridad de los padres y la escolaridad de los hijos, tanto en hombres como en mujeres? y P6 ÀQuŽ relaci—n existe entre la movilidad social de los padres y la movilidad social de los hijos, tanto en hombres y mujeres?

 

FUNDAMENTOS

Se analizaron los supuestos de la teor’a del Capital Humano (Denisson, 1972) as’ como las teor’as emergentes (Navarro, 2000) que han surgido con la finalidad de intentar dejar en claro situaciones que esta teor’a tomaba como v‡lidas, pero que en la realidad del mundo laboral se encuentran diferencias salariales entre trabajadores con estudios acadŽmicos similares, la persistencia de la pobreza, la discriminaci—n laboral, as’ como el fracaso en programas de formaci—n de trabajadores basados en la teor’a del Capital Humano. En especial se revis— la teor’a de la segmentaci—n del mercado de trabajo dentro del contexto de la CFE, empresa en la cual laboraron los sujetos jubilados.

 

La teor’a de la segmentaci—n del mercado de trabajo se enfoca en explicar c—mo funcionan los segmentos a los cuales tienen acceso los trabajadores de conformidad a sus caracter’sticas personales como raza, sexo, educaci—n, clase social y que los salarios pagados en cada uno de los segmentos no se determinan solo por la productividad o la capacidad/educaci—n de los trabajadores sino en base a variables que no son de car‡cter tŽcnico (Carnoy, 1977), siendo imposible establecer una relaci—n funcional con el aspecto de los salarios y que por el contrario, los mecanismos subyacentes de toma de decisiones son m‡s complejos y son condicionados, de forma natural y real por el entorno socioecon—mico.

 

El fen—meno de la movilidad social estudia la estratificaci—n, concepto que hace alusi—n a las desigualdades que existen entre las personas (Waicekawasky, 1997). La pregunta importante a este respecto no es determinar lo distante que es la participaci—n en ingresos de unos y otros individuos, si no, c—mo es que esa desigualdad se superpone a determinados roles, afectando de alguna manera las oportunidades de estudiar y de que los individuos tengan un ascenso social (Llad—, 2000).

 

Desde una perspectiva marxista, la movilidad social est‡ fuertemente relacionada con la movilidad laboral, ya que existe una correspondencia entre la divisi—n tŽcnica del trabajo con la divisi—n social, es decir con las clases sociales. As’ mismo, en esta investigaci—n, se explora la estratificaci—n social, para ubicar a los individuos en determinados estratos, tomando en cuenta que existen variables intervinientes como compadrazgo, servilismo, corrupci—n, amiguismo (Navarro, 2000) determinando si los puestos superiores son ocupados por los m‡s educados, de igual manera si los puestos inferiores se encuentran asistidos por los menos educados o si existe igualdad de oportunidades en las organizaciones por el hecho de ser hombre o mujer, asimismo verificar que tanto afectan las desigualdades econ—micas con las que nacen las personas, revisar si les permiten contar con las mismas oportunidades de ascenso laboral y social que los individuos que nacen en mejores situaciones econ—micas.

 

En la CFE existen dos tipos de trabajadores, denominados personal sindicalizado u operativo y personal no sindicalizado o de confianza. El personal sindicalizado u operativo est‡ conformado por trabajadores que realizan tareas preponderantemente manuales, adem‡s de estar afiliados al SUTERM, existiendo de por medio un contrato colectivo de trabajo donde se estipulan las condiciones, derechos, obligaciones y prestaciones de trabajo.

 

Cuando un trabajador sindicalizado cuenta con capacidades y conocimientos suficientes, solicitar permiso al sindicato para pasar a formar parte del personal no sindicalizado o de confianza, el SUTERM puede autorizar este movimiento condicionado a que abandone su plaza, pero este tipo de solicitudes suelen presentarse de manera muy espor‡dica.

 

El personal no sindicalizado o de confianza, lleva a cabo labores de direcci—n, inspecci—n, vigilancia y fiscalizaci—n. Generalmente trabaja en puestos medios o superiores dentro de la cadena de mando de la empresa, como supervisores, jefes, gerentes y directores y como su denominaci—n lo indica, son de la confianza de la empresa y pueden ser removidos o despedidos en el momento en que se considere hayan perdido la confianza que se les ten’a, de acuerdo con el art’culo 185 de la Ley Federal del Trabajo vigente. No se omite manifestar que el pertenecer a la plantilla de personal de confianza implica el tener que quedarse un tiempo adicional de la jornada normal de trabajo para llevar a cabo tareas como analizar las actividades llevadas a cabo en el d’a de trabajo, as’ como planear las labores del d’a siguiente; as’ mismo, la responsabilidad de los resultados como departamento o ‡rea funcional de la empresa, es inherente al personal de confianza, responsable de esa ‡rea en particular. Por œltimo, hay que comentar que los niveles salariales no son muy diferentes a los del personal de base o sindicalizado; aunque estos, con una o dos jornadas extraordinarias llegan a equiparar los salarios de los de confianza.

 

MARCO METODOLîGICO

Se dise–— un estudio ex post facto, transversal, en el que se aplica un cuestionario sobre su pasada vida laboral y escolar, en dos momentos de esta: a su ingreso y a su jubilaci—n. El universo es un conjunto de 103 personas jubiladas de la CFE que residen en la zona conurbada de Tampico-Madero-Altamira; 83 de ellos respondieron al cuestionario. El modelo conceptual para el an‡lisis de los datos se basa en un sistema de comparaciones realizadas mediante la producci—n de tablas de contingencia y de pruebas estad’sticas generadas por en un programa SPSS. Una primera comparaci—n se establece entre la escolaridad que los trabajadores ten’an al ingresar a trabajar contra la escolaridad con la que terminaron; y, una vez determinada la existencia de movilidad escolar, se verific— la existencia de una correspondiente movilidad laboral. Posteriormente se establecen las mismas relaciones de comparaci—n, pero separando a hombres y mujeres. Este conjunto de an‡lisis permiti— determinar la presencia de una movilidad intra-generacional. Para determinar una movilidad inter-generacional se estableci— tambiŽn una comparaci—n de la movilidad escolar y la movilidad laboral de los padres de estos trabajadores, obtenida durante el tiempo de vida laboral de los hijos. En todos los casos, para obtener posiciones equivalentes susceptibles de ser comparadas, se realiz— una adaptaci—n del esquema de segmentos de trabajo utilizados por Carnoy (1977) y por Navarro (2000). Considerando la estructura general del tabulador de CFE: Segmento 1=director; Segmento 2=superintendente; Segmento 3=jefe de departamento; Segmento 4=supervisor o jefe de oficina; Segmento 5=operativo especializado (sindicalizado); Segmento 6=operativo auxiliar (sindicalizado); Segmento 7=operativo general (sindicalizado).

 

RESULTADOS

 El cuestionario se aplic— a 87 trabajadores, 46 de ellos (52.9%) fueron varones y 41 (47.1%) mujeres. Asimismo, del total de trabajadores jubilados a los que se les aplic— el cuestionario, 82 de ellos tienen educaci—n superior y de los 5 restantes, 3 tienen preparatoria o similar no terminada y 2 cuentan con preparatoria terminada. Nacieron en promedio en el a–o 1950 en adelante y tuvieron su vida laboral entre los a–os 1970 al 2010 aproximadamente. En relaci—n con la pregunta de investigaci—n No.

 

1.- Los datos muestran que s’ hubo una movilidad escolar intra-generacional en los sujetos del estudio, as’ como tambiŽn una movilidad laboral en correspondencia. La aplicaci—n de la prueba t de student arroj— una diferencia estad’sticamente significativa, tanto entre la escolaridad con la que ingresaron y con la que se jubilaron, como entre el segmento laboral con el que iniciaron y el segmento en el que se jubilaron en la CFE. Con respeto a la pregunta de investigaci—n No.

 

2.- Se comprob— que s’ existe diferencia entre la movilidad escolar de los hijos y la de sus padres, al demostrarse diferencias estad’sticamente significativas al aplicar las pruebas t de student, por lo que se corrobora que existe movilidad escolar ascendente intra-generacional e inter-generacional.

 

En respuesta a la pregunta No. 3.- No se encontr— evidencia significativa sobre la existencia de movilidad laboral inter-generacional, es decir que a pesar de que hubo una diferencia significativa en la escolaridad de los hijos respecto a los padres, laboralmente no hubo una diferencia significativa entre ambas generaciones.

 

Respuesta a la pregunta No. 4.- Esta pregunta es similar a la primera solo que en este cuestionamiento van por separado hombres y mujeres. Aqu’ tambiŽn se demostr— que existe movilidad escolar intra-generacional ascendente, raz—n por la cual se puede inferir que existe relaci—n entre educaci—n y movilidad laboral tanto en hombres como en mujeres.

 

Respecto a la pregunta No. 5.- Similar a la segunda, solo que enfocando por un lado a los hombres y por otro a las mujeres. Se comprob— que s’ existe diferencia entre la movilidad escolar de los hijos(as) y la de sus padres, con una diferencia estad’sticamente significativa al comparar los niveles escolares de ambos en las pruebas t de student, por lo que se corrobora que existe movilidad escolar ascendente intra-generacional e inter-generacional.

 

Respuesta a pregunta No. 6.- Al comparar la movilidad laboral de los padres con la movilidad laboral de hijos e hijas, no se encontr— evidencia estad’sticamente significativa de una movilidad laboral inter-generacional ni en unos ni en otras.

 

DISCUSIîN

 En el an‡lisis de los datos se pudo observar que efectivamente hay una cierta relaci—n de correspondencia entre una mayor escolaridad y un escalamiento en los segmentos laborales, al constatarse una diferencia significativa tanto entre la escolaridad de los sujetos al ingresar y su escolaridad al jubilarse, como tambiŽn entre la posici—n laboral a la que ingresaron contra la posici—n con la que se jubilaron. Sin embargo, cuando se compara este escalamiento en los segmentos laborales de la CFE, contra el escalamiento laboral de los padres, no se encontr— una diferencia significativa; es decir, que a pesar de que la escolaridad de los empleados de CFE fue mayor que la de sus padres, el escalamiento laboral no lo fue. Este grupo de comparaciones fue similar entre hombres y mujeres, el comportamiento fue el mismo.

 

Sin embargo, como se mencion— l’neas atr‡s, el escalamiento a travŽs de los segmentos laborales est‡ intervenido por el sindicato, de tal manera que el ascenso, con o sin mayor escolaridad, est‡ condicionado al abandono de su plaza sindical para adoptar una plaza de confianza. Como si se tratara de una estructura de dos pisos, en la que el piso inferior corresponde al sindicato y el superior a la empresa, el escalamiento laboral procede en uno u otro piso, no existe un escalamiento que trascienda el piso inferior para ingresar hacia el piso superior. Para ello tendr’a el trabajador que renunciar a su plaza sindical y perder con ello las prestaciones que le son inherentes; entre estas, mantenerse en el horario laboral y despuŽs de ello dedicarse a otra cosa. En caso de que la empresa le requiera una jornada laboral m‡s extensa, se le pagar‡n las horas extras. A diferencia del trabajador de confianza, quien debe estar de tiempo completo a disposici—n de las necesidades de la empresa, sin pago de horas extras. As’ las cosas, los trabajadores con plazas sindicales prefieren no ascender hacia los segmentos laborales que no pertenecen al sindicato. No se debe de olvidar que la educaci—n por s’ sola no es factor determinante para garantizar mejora en la productividad de las empresas, debido a que la teor’a del capital humano tuvo algunas demostraciones que la hicieron ver insuficiente para explicar de manera evidente la existencia de factores que no hab’an sido atendidos por esta y que evidentemente incurren entre la compleja relaci—n entre el trabajo y la educaci—n, como son la condici—n socioecon—mica, la edad, relaciones familiares e inclusive las relaciones sindicales (Navarro, 2000; Navarro, Llad—, Cruz & Sanchez, 2009).

 

Asimismo, el personal de confianza por lo regular ingresa a CFE en el puesto inferior y en muchos casos los ascensos son muy complicados porque entre m‡s arriba, los puestos son m‡s escasos y son pocos los que logran llegar a los m‡s altos del escalaf—n, aun con escolaridad alta, usualmente se jubilan en los puestos intermedios del escalaf—n de confianza. De lo anterior, se corrobora una inconsistencia de la teor’a del capital humano que se relativiza, dada la estructura de las posiciones laborales ya mencionada y que tal vez en una organizaci—n sin esta condici—n sindical como la CFE, pudiera esta teor’a tener una aplicaci—n mas plausible.

 

CONCLUSIONES

DespuŽs de haber realizado los an‡lisis de los datos recabados sobre el conjunto de individuos que fueron objeto de este estudio, y en relaci—n con las preguntas de investigaci—n originalmente planteadas para esta investigaci—n, se puede concluir lo siguiente: En primer lugar, se pudo corroborar que, para el caso de los sujetos estudiados, existe una relaci—n entre una mayor escolaridad y un escalamiento en los tabuladores de la CFE. Por lo que se puede decir que efectivamente existe una relaci—n entre la educaci—n y la movilidad laboral.

 

Si se asume, como en algunas interpretaciones del marxismo, que existe una correspondencia entre la divisi—n tŽcnica del trabajo y la estratificaci—n social, se puede asumir que en este caso hay una relaci—n entre una mayor escolaridad y cierta movilidad social, con la limitante de que se trata de una movilidad intra-generacional, es decir sin considerar la posici—n social de la familia de la cual los individuos provienen.

 

En segundo lugar, al comparar la posici—n laboral alcanzada por los empleados de la CFE, durante su vida laboral en la empresa, con la posici—n laboral alcanzada por los jefes de familia de los empleados, se pudo observar que la de estos no fue mayor que la de sus padres, por lo que no se pudo evidenciar una movilidad laboral, o social, inter-generacional.

 

En relaci—n con aquellos supuestos que relacionan una mayor inversi—n en educaci—n con una movilidad social ascendente, se puede concluir que una mayor inversi—n en educaci—n no necesariamente convierte a esta en un canal de movilidad social inter-generacional ascendente. Hay variables que inciden y condicionan el que esto suceda. En este caso la intervenci—n del sindicato.

 

En tercer lugar, no se encontraron diferencias entre hombres y mujeres en materia de movilidad escolar ni laboral, como si se ha encontrado en otros estudios (Navarro, Llad—, & S‡nchez, 2009); al menos esto no se pudo observar con la informaci—n recopilada por lo que, en todo caso esto dar’a lugar a una nueva pregunta de investigaci—n.

 

En cuarto lugar, se puede concluir, como ya se ha hecho en otros estudios (Navarro, Llad—, Cruz, y S‡nchez, 2009; Navarro, 2015), que no existe una relaci—n directa entre educaci—n y trabajo; por lo que los supuestos que se desprenden de la teor’a del Capital Humano, en el sentido de que a mayores inversiones en educaci—n corresponden mayores rendimientos, obtienen una categor’a relativa que los sujeta a diversos condicionamientos que no est‡n relacionados ni con la cantidad o calidad de la educaci—n, ni con la materia tŽcnica del trabajo

 

REFERENCIAS

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