Fecha de recepci—n: 20.06.2019 Fecha de aceptaci—n: 11.07.2019

Futuro de las TIC para una educaci—n incluyente

Future of ICT for inclusive education

Jorge Alfredo Lera-Mej’a*, Sergio Abd’as Altamirano-Herrera

*Autor para correspondencia: jalera@uat.edu.mx Direcci—n: Universidad Aut—noma de Tamaulipas, Unidad AcadŽmica Multidisciplinaria de Ciencias, Educaci—n y Humanidades. Centro Universitario Victoria, ÒLic. Adolfo L—pez Mateos C.P. 87149 .

 

RESUMEN

El impacto de las nuevas tecnolog’as sobre la educaci—n ha sido paradigm‡tico en la Sociedad de la Informaci—n. Las nuevas demandas did‡cticas han provocado grandes cambios en la forma en que los medios producen y distribuyen sus contenidos educativos. La satisfacci—n de estas nuevas demandas por parte del sector educativo no es posible sin una decidida apuesta por las Tecnolog’as de la Informaci—n y la Comunicaci—n (TIC) y por los equipos profesionales apropiados. La incorporaci—n de las TIC en las aulas de los centros educativos es una medida necesaria y urgente que auxiliar‡ en el proceso de aprendizaje y ense–anza. Esto implica un fuerte gasto en la capacitaci—n y actualizaci—n docente, as’ como en la dotaci—n de infraestructura integral, lo que se justifica plenamente si se emplean de manera correcta. Este art’culo relaciona el manejo de las TIC con la educaci—n y su impacto en la desigualdad y en la inclusi—n educativa, buscando disminuir las causas de esa desigualdad social, econ—mica y educativa al ser m‡s incluyentes en el acceso a la escolaridad de calidad por medio de esas nuevas herramientas en las organizaciones escolares, que en el futuro se tendr‡n que adaptar m‡s al combate a la desigualdad social y educativa.

 

Palabras clave: TIC, organizaciones escolares, inclusi—n y desigualdad educativa.

 

ABSTRACT

The impact of new technologies on education has been paradigmatic in the Information Society. The new didactic demands have caused great changes in the way in which the media produce and distribute their educational contents. The satisfaction of these new demands for information from the Education Sector is not possible without a firm commitment to ICT and the appropriate professional teams. The incorporation of information and communication technologies in the classrooms of educational centers is a necessary and urgent measure that will help in the learning and teaching process. This implies a heavy expenditure for teacher training and updating as well as an endowment of integral infrastructure that is fully justified if they are employed in the correct manner. This article relates ICT management to education and its impact on inequality and educational inclusion, seeking to reduce the causes of social, economic and educational inequality, as they are more inclusive in access to quality schooling through these new tools in school organizations, such as ICT, which in the future will have to adapt more to the fight against social and educational inequality.

 

 Keywords: ICT, school organizations, inclusion and educational inequality

 

INTRODUCCIîN

En la actualidad son impensables docencia, educaci—n e investigaci—n sin el uso, aprovechamiento y desarrollo de las Tecnolog’as de la Informaci—n y la Comunicaci—n (TIC), parte de las tŽcnicas de comunicaci—n que se han difundido con mayor alcance a ra’z del uso de las llamadas redes sociales.

 

Se han publicado abundantes trabajos relacionados con este tema desde la aparici—n de la era del internet en la dŽcada de los 80, y han resultado en teor’as sobre uso y aprovechamiento del internet, las comunicaciones y las redes sociales en la vida diaria y en la educaci—n. Se aprecia la importancia, influencia y futuro del uso de las TIC, de acuerdo con Jesœs Plaza:

 

La sociedad actual hace necesario prestar atenci—n a la influencia de las nuevas tecnolog’as entre los j—venes en un contexto de cambio profundo de los entornos sociales y educativos. Los adolescentes, especialmente sensibles a su uso, est‡n m‡s expuestos a los riesgos, por las peculiaridades de esta etapa de maduraci—n de la personalidad, junto con el atractivo que suponen las TIC (Plaza, 2014).

 

A los j—venes estudiantes de esta Žpoca se les denomina Juventud Millenials. Un estudioso del tema, Jason Dorsey, los encuadra en los nacidos entre los 80 y los primeros a–os de este siglo y que al d’a de hoy tienen entre 10 y 30 a–os de edad. La define como Òla generaci—n de adultos m‡s diversa y m‡s conectada. Son quienes tienen un mayor nivel educativo, pero muchos se sienten frustrados porque no pudieron alcanzar sus altas expectativas laborales debido a la crisis econ—mica y a otros eventos globalesÓ (Dorsey, 2018).

 

En este ensayo se abordan las teor’as de las TIC para MŽxico y su relaci—n con la educaci—n. Se parte del manejo de las TIC en la educaci—n y su impacto en la inclusi—n educativa, buscando disminuir las causas de la desigualdad social, econ—mica y educativa al ser m‡s incluyentes en el acceso a la escolaridad de calidad en las organizaciones escolares, que en el futuro se tendr‡n que adaptar al combate a la desigualdad social y educativa. Para ello, se presentan las ventajas y desventajas del uso de las TIC y se concluye con la interpretaci—n del futuro esperado en el sector educativo.

 

INCLUSIîN EDUCATIVA. UNA NECESIDAD

El tŽrmino Òinclusi—nÓ aparece en los a–os 90 como sustituto de Òintegraci—nÓ. Su uso se relacion— inicialmente con los procesos pedag—gicos (Ruiz y Galindo, 2014). El origen del concepto Òinclusi—nÓ (como se cit— en Ryan, 2006) se sitœa en el Foro Internacional de la Organizaci—n de las Naciones Unidas para la Educaci—n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebrado en Jomtien, Tailandia en 1990, que marc— la pauta, en los diferentes pa’ses que la conforman, de las pol’ticas de atenci—n en el ‡rea de la educaci—n a personas con discapacidad. La inclusi—n educativa se enfoc— en un primer momento a alumnos con ÒNecesidades Educativas EspecialesÓ y con ÒDiscapacidadÓ, plante‡ndose como la forma de integraci—n de tales alumnos a programas educativos regulares. Actualmente, el concepto se ha ampliado a educaci—n para todos, capacidades diferentes, eliminaci—n de barreras del aprendizaje y la participaci—n, entre otros. (Ainscow, 2001; Ainscow, Booth, & Dyson, 2004; Ainscow, 2005, 2007; Henze, 2000; Arnaiz, 2003; Echeita, 2006; Ryan, 2006).

 

De acuerdo a Parilla (2004), ÒLa educaci—n inclusiva ha ido ganando terreno como movimiento que desaf’a y rechaza las pol’ticas, culturas y pr‡cticas educativas que promueven cualquier tipo de exclusi—nÓ (p. 196). Asimismo, Ainscow (2007) se–ala que Òen muchos pa’ses la educaci—n inclusiva todav’a es considerada, dentro de los marcos de educaci—n general, con el enfoque de servir a ni–os y j—venes con discapacidadesÓ. Sin embargo, internacionalmente cada vez es contemplada de modo m‡s amplio, como una reforma que apoya y asume la diversidad entre todos los alumnos (UNESCO, 2001 citado por Ruiz y Galindo, 2014).

 

Ainscow (2007) presume que Òla meta de la educaci—n inclusiva es eliminar la exclusi—n social que se deriva de actitudes y respuestas a la diversidad en raza, clase social, etnia, religi—n, gŽnero y capacidadesÓ (p. 3). El prop—sito escolar de la inclusi—n es que todos los alumnos lleguen a una formaci—n a la que tienen derecho por razones de justicia y democracia.

 

La problem‡tica de la inclusi—n educativa Òradica en la situaci—n que guardan los alumnos que se encuentran vulnerables y son expuestos a muchas formas de exclusi—nÓ (Escudero, 2005). El reto es que las instituciones den respuesta a la atenci—n de la diversidad de los alumnos, en cualquier nivel educativo y bajo la modalidad de estudios que m‡s interese a los estudiantes.

 

La educaci—n inclusiva se visualiza como la meta de la educaci—n para todos, aunque en la actualidad el desarrollo humano ha tra’do consecuencias tanto negativas como positivas, producto de los avances de la modernizaci—n social, la industrializaci—n y el progreso tecnol—gico, tambiŽn ha generado pobreza, desigualdad social, deterioro de las clases sociales, discriminaci—n y disminuci—n en las posibilidades que tiene un sujeto para el desarrollo de sus aptitudes y habilidades, situaci—n que se ha generalizado en la mayor’a de los pa’ses y donde MŽxico no es la excepci—n.

 

LAS TIC PARA DISMINUIR DESIGUALDAD EN EL FORO ECONîMICO 2015

Las Tecnolog’as de la Informaci—n y la Comunicaci—n (TIC) fue uno de los temas m‡s relevantes del Foro Econ—mico Mundial (WEF, por sus siglas por inglŽs), una fundaci—n con sede en Ginebra, Suiza, que en la edici—n 2015 se celebr— en Cancœn, MŽxico. Los participantes emitieron un mensaje social en el sentido de emplear las tecnolog’as, fomentar las asociaciones pœblico-privadas y destinar las inversiones a reducir la desigualdad en la regi—n. (Foro Econ—mico Mundial, WEF, 2015).

 

Cada a–o, el WEF publica The Global Information Technology Report, un documento que da cuenta del impacto de las TIC en el crecimiento y desarrollo econ—mico de los pa’ses. Una de las misiones del tambiŽn llamado Foro de Davos es Òel compromiso de mejorar la situaci—n del mundoÓ. AmŽrica Latina es una de las regiones con mejor desempe–o en cuanto a TIC, pero aœn permanecen rezagos que son consecuencia de la pobreza y la desigualdad. (WEF, 2015).

 

Los pa’ses miembros de la OCDE han comprendido que las TIC, la Internet y la banda ancha son herramientas que posibilitan reducir la pobreza. Ese fue, precisamente, el discurso del entonces mandatario de Colombia Juan Manuel Santos, a travŽs de su ministro de Tecnolog’as de la Informaci—n y las Telecomunicaciones, Diego Molano. El objetivo de Colombia con respecto a las TIC fue que estas tecnolog’as y los servicios de telecomunicaciones a los que est‡n asociadas lleguen a la base de la pir‡mide. Otros pa’ses de la regi—n latinoamericana como Brasil, Chile, Uruguay o Costa Rica han comprendido la capacidad de igualaci—n social de las tecnolog’as, en particular, las m—viles, como la telefon’a celular y la banda ancha m—vil. Para ello, los pa’ses han dise–ado e implementado pol’ticas pœblicas de acceso y promoci—n de las TIC. Mediatelecom reuni— en una sola gr‡fica, en el Networked Readiness Index 2015 del WEF, a posici—n que guardan los pases de AmŽrica Latina.

 

INTERNET-INTRANET: EL MOTOR DEL CAMBIO

Para los medios de comunicaci—n tradicionales, Internet ha tenido un car‡cter ambivalente. ÒPor una parte, la red ha supuesto una oportunidad para distribuir contenidos de naturaleza interactiva, lo que no es posible en otros soportes. Por otra, sin embargo, una amenaza, ya que la informaci—n difundida a travŽs de Internet no enfrenta las altas barreras de entrada del negocio tradicional de la comunicaci—nÓ. (CortŽs, 2004).

 

Un estudioso de los distintos modos del Internet, basados en el uso de las TIC en las organizaciones, Aportela Rodr’guez, nos indica que:

 

La sociedad de la informaci—n es el producto Lera Mej’a y Altamirano Herrera (2019). Futuro de las TIC en educaci—n 25 de una revoluci—n tecnol—gica sin precedentes, basada en las telecomunicaciones, la inform‡tica y la comunicaci—n que, con su poder, amplifican y hacen posibles procesos sociales, econ—micos, pol’ticos y culturales que afectan y transforman todo lo que el hombre produce y consume. Sin embargo, esta transformaci—n no solo se ha centrado en los medios como aparatos tecnol—gicos a los que la mayor’a tiene acceso, sino como aparatos culturales que, gracias a la comunicaci—n, Òestructuran los modos de pensamiento, imponen conductas y cohesionan comportamientosÓ. La informaci—n es hoy un recurso determinante de la competitividad organizacional y sustento de la toma de decisiones, un factor crucial para el progreso social y econ—mico; el œnico elemento capaz de crear conocimiento y satisfacer las necesidades de quienes trabajan en las organizaciones. Es por eso que, actualmente, no basta con poseer informaci—n, sino que debe ser de calidad y actualizada, pero, sobre todo, pertinente a los objetivos de la entidad. Adem‡s, como complemento, es necesario procesarla, difundirla tan r‡pido como sea posible y utilizarla como el recurso estratŽgico que es. En esto, las TIC, aplicadas al ‡mbito interno y externo de la organizaci—n, tienen un lugar fundamental. (Aportela, 2007: 2).

 

LAS TIC EN LA ORGANIZACIîN: USO DE LA INTRANET

ÒLa intranet es una de las herramientas m‡s poderosas que hoy d’a puede tener una organizaci—n si se aplica de forma adecuada, porque permite incorporar todas las potencialidades de Internet al contexto organizacional y contar con recursos adicionales para afrontar los cambios dictados por el entornoÓ (Aportela, 2007: 5), con ello la organizaci—n cuenta con poderosos canales de comunicaci—n interna, especialmente cuando se utiliza la tecnolog’a web.

 

USO DE LAS TIC EN LA EDUCACIîN

Las TIC pueden contribuir al acceso universal a la educaci—n, la igualdad en la instrucci—n, el ejercicio de la ense–anza y el aprendizaje de calidad y el desarrollo profesional de los docentes, as’ como a la gesti—n, direcci—n y administraci—n m‡s eficientes del sistema educativo. (UNESCO, 2017).

 

La UNESCO aplica una estrategia amplia e integradora en lo tocante a la promoci—n de las TIC en la educaci—n. El acceso, la integraci—n y la calidad figuran entre los principales problemas que las TIC pueden abordar. El dispositivo intersectorial de la UNESCO para el aprendizaje potenciado por las TIC aborda estos temas mediante la labor conjunta de sus tres sectores: Comunicaci—n e Informaci—n, Educaci—n y Ciencias. (UNESCO, 2015). LAS TIC

 

LAS TIC APLICADAS A LA DOCENCIA

La cotidianidad del uso de las TIC tiene un impacto importante en la educaci—n; sin embargo, su utilizaci—n debe estar planeada de acuerdo a la naturaleza del conocimiento o a los contenidos de la asignatura de que se trate. Para ello los maestros deben tener una disposici—n positiva para su uso y para dise–ar estrategias did‡cticas adecuadas, pero, sobre todo, las escuelas, tanto como los maestros y los estudiantes deben tener a su disposici—n la infraestructura tecnol—gica que lo permita.

 

Juan JosŽ Arista Hern‡ndez, profesor de la Universidad Aut—noma del Estado de Hidalgo, ha identificado ventajas y desventajas de la utilizaci—n de las TIC en la Educaci—n, las cuales conviene considerar para efectos de una adecuada planificaci—n de su utilizaci—n en la docencia. Se resumen a continuaci—n:

 

Ventajas: Estimular el aspecto sensorial con mayor intensidad en los alumnos. Acceso a conocimientos vigentes y novedosos. Proceso de actualizaci—n o de adecuaci—n de los materiales de forma sencilla y r‡pida. Aplicar estrategias innovadoras que capten una mayor cantidad de poblaci—n. Integraci—n de medios en aplicaciones verticales y horizontales. Automatizaci—n de sistemas de registro y controles en general del grupo. Posibilidad de interactuar con el grupo de forma remota tanto en tiempo real como en transmisi—n as’ncrona. Participar en foros de opini—n que enriquezcan y muestren nuevos panoramas sobre determinado tema. Transportar y compartir recursos elaborados. Conocimiento de alcance globalizado. Ahorro de tiempo y precisi—n en los procesos. Menores costos y riesgos.

 

Desventajas: Resistencia a enfrentar cambios y poca disposici—n a la capacitaci—n por parte del personal docente. Dependencia de un medio electr—nico para transmitir un conocimiento. Consulta de informaci—n en Internet que no tiene la veracidad necesaria. Preparaci—n de materiales fuera del contexto acadŽmico marcado en el programa y nivel correspondiente a la asignatura. Desperfecto en infraestructura que limite la implementaci—n del curso. Exceso de informaci—n ÒbasuraÓ en la web. Competencia digital desigual entre entidades econ—micamente ricas vs. pobres (Arista, 2014).

 

En la actualidad se puede observar una importante tendencia hacia un uso cada vez m‡s extensivo de las tecnolog’as por los distintos grupos sociales grupos sociales que integran la sociedad. Tendencia portadora de futuros de largo aliento, tanto por la reducci—n cada vez mayor en sus precios de mercado, como por su mayor portabilidad y accesibilidad. Se discute cada vez m‡s abiertamente su posible valor potencial como democratizador para hacer llegar los servicios educativos de manera cada vez m‡s amplia.

 

La idea anterior ha llevado incluso a programas de distribuci—n masiva de laptops y tablets, como si la tecnolog’a, por si misma tuviera un poder de igualaci—n social, sin considerar que las capacidades para transformar informaci—n en conocimiento no dependen de las caracter’sticas de los equipos sino del capital cultural y del capital cognitivo de los individuos, lo cual est‡ condicionado por las oportunidades que estos hayan tenido para desarrollarlos. Las desigualdades sociales no se resuelven con la simple posesi—n de un equipo procesador, pero la utilizaci—n que de Žste se haga puede incentivar la bœsqueda o la generaci—n de oportunidades de participaci—n en el desarrollo de las sociedades. Una adecuada utilizaci—n de las TIC requiere de adecuadas formulaciones did‡cticas de parte de aquellos maestros que desarrollen iniciativas innovadoras para promover el aprendizaje independiente.

 

CONCLUSIONES

Las aportaciones por el uso de las TIC, as’ como del Internet e Intranet en la actual ÒSociedad de la Informaci—nÓ ha propiciado que las nuevas generaciones dispongan de mayor cantidad y calidad de informaci—n para la educaci—n, en tiempo real y con acceso ilimitado, provocando una mayor Òdemocracia de la educaci—nÓ. El potencial de las TIC como mecanismo de inclusi—n social es importante, por la riqueza informativa y pedag—gica que puede aportar la multimedia y las telecomunicaciones, que permiten hacer llegar atractivos contenidos a pœblicos cada vez m‡s amplios y situados en puntos remotos. Sin embargo, llevar la cotidianidad del uso de las tecnolog’as hacia el aula, para la realizaci—n de este gran potencial, requiere de profesores que tengan capacidad e iniciativa para generar estrategias y recursos did‡cticos adecuados, ya que las TIC no ense–an por s’| mismas.

 

Una comunidad puede contar con una excelente biblioteca, pero si no cuenta con buenos lectores esta no cumplir‡ su cometido. Lo mismo sucede con las TIC, la simple distribuci—n masiva de equipos no garantiza un efecto democratizador; para que esta se convierta en un medio que contribuya a la inclusi—n debe ser parte de una estrategia pedag—gica orientada en ese sentido. Una estrategia que pueda ser conducida por los profesores hacia el desarrollo cognitivo y del capital cultural de los educandos. Por ello es menester que, cuando se piense en invertir en tecnolog’a para apoyar los procesos de inclusi—n social, se incluya en ello no solo en la adquisici—n de equipos y conectividad, sino en la formaci—n de los profesores que generen los contenidos y estrategias que dar‡n realizaci—n al potencial pedag—gico de las tecnolog’as de la informaci—n y la comunicaci—n.

 

 

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