Mis estudios y el deporte: una combinación que implica retos

My studies and sports: a challenging combination

Julio Alejandro Castañón-Sánchez[1]

 

Quiero compartir con los lectores, principalmente con los jóvenes de mi edad, las experiencias obtenidas al combinar las actividades educativas y deportivas que han tenido en mí un impacto significativo como persona. Curso el segundo semestre de preparatoria en el Colegio Surval, institución  que me ha brindado apoyo para desarrollarme como estudiante y deportista.

 

A los 3 años de edad inicié mi carrera deportiva. Mi primera actividad fue el  Tae kwon Do, deporte que practiqué por espacio de 11 años, donde tuve la oportunidad de participar en competencias nacionales e internacionales obteniendo trofeos, medallas y muchas satisfacciones.

 

Sin dejar esa actividad, inicié (a los 5 años) la práctica del futbol, participando en diferentes equipos y competencias, lo que implicó grandes sacrificios como realizar tareas y estudiar en  horarios no comunes, así como  abstenerme de  ingerir golosinas (algo muy difícil para un niño de esa edad), con la finalidad de mantener un peso adecuado, principalmente para las competencias de Tae Kwon Do. Por espacio de 7 años, simultáneamente practiqué Tae Kwon Do y futbol. Desde los 12 años pertenezco a las Fuerzas Básicas del Correcaminos. Al  igual que el Tae Kwon Do, el futbol me ha dado grandes satisfacciones personales y en ambos casos explicó no descuidar la escuela.

 

 

Sin embargo, no todo ha sido alegría. A los 14 años, una lesión de menisco me obligó a elegir entre ambos deportes. Sin dudarlo, elegí el futbol. Fueron 6 meses muy difíciles, implicó andar en muletas, sesiones de rehabilitación en la Ciudad de México y en Ciudad Victoria, tardar en volver a tomar ritmo futbolístico y ser considerado por los entrenadores para volver a iniciar un partido.

 

Lo anterior no me impidió luchar por regresar a las canchas. Con entereza he afrontado el reto de conseguir mi sueño. El hecho de ser un deporte de alto rendimiento y de formar parte de un club de futbol profesional, me obliga a cumplir horas de entrenamiento y partidos de futbol sin dejar de atender mis responsabilidades como estudiante, como hijo y hermano. El sacrificio que implica el deporte de alto rendimiento conlleva perderme cumpleaños de mis papás, de mi hermana, de familiares, fiestas de amigos y compañeros de escuela. Tal fue el caso de mi graduación de secundaria, a la que no acudí por compromisos de futbol.

 

Las horas de desvelo para continuar mis estudios me han dado la satisfacción de destacar con primeros lugares de aprovechamiento, botones de calidad y la medalla Benito Juárez, lo que por supuesto no ha sido fácil; agradezco a mis  padres el apoyo recibido para que paralelamente pueda combinar los estudios y el deporte.  El tema principal de mi testimonio es precisamente ese: compartir lo que implica cumplir con las exigencias de la escuela y el club de futbol. Si bien no ha sido fácil, lo describo como una experiencia extraordinaria. Implica un mayor esfuerzo al que realizan mis compañeros, pero creo que esto me ha impulsado a tener una visión más clara sobre mi futuro. En la vida, como en un partido de futbol, se requiere del diseño de estrategias, tácticas, establecer metas y objetivos. Esto implica superarme día con día, ya que en un mundo global la superación personal y profesionales una premisa obligada.

 

Por esta razón estudio alemán y francés, además del inglés que se imparte en el colegio bicultural en el que estudio, porque ante los nuevos retos no me puedo quedar con un solo idioma, debo estar preparado para el futuro, ya que la carrera deportiva es corta y con los estudios tengo diversas alternativas para desarrollarme profesionalmente.

 



[1] Estudiante de segundo semestre de bachillerato del Centro Educativo Surval.